EDUCAR SIN PERDER LOS NERVIOS

Educar sin que cunda el pánico.  

Desde mi punto de vista personal, he vivido muchas experiencias y aun me queda mucho por descubrir y maravillarme de este mundo, pero nunca pensé que ser madre fuera la gran aventura de mi vida.
Existe un antes y un después en la vida de una persona, la naturaleza te va preparando para ese momento desde el primer trimestre de embarazo. Pasas de pensar solo por ti a pensar por dos. Esto no siempre es así, pero no me detendré en este post a hablar sobre ello ya que sería digno de otra entrada.
Es increíble ver cómo cambia la llegada de un nuevo ser a tu vida, creo que es un camino de rosas, pero has de tener cuidado ya que hay que cuidarlas, podarlas, regarlas, etc.. 
¿Dónde está el manual de instrucciones?
 
Desde que vienen al mundo aparecen muchísimos miedos, dudas, inseguridades... nunca hemos sido padres y el miedo a lo que está por llegar y no conocemos es natural... En ese momento aparecen imágenes de tus padres, recurrimos a nuestro baúl de los recuerdos y vemos a nuestros padres ejerciendo como tal. Muchos copian modelos, ya que es inevitable repetir patrones de aprendizaje y otros no.
Gracias a gran número de profesionales cada vez hay más información sobre metodologías educativas, y no podemos olvidar a los pioneros en la materia como:
Jean Piaget, reconocido por su trabajo en psicología evolutiva, describió los diferentes estadios del desarrollo, o Jean Jack Rousseau, Vigosky, que destacó la importancia del entorno social.
Skinner, padre de la psicología conductual, nos brindó sus conocimientos sobre la modificación de conducta, que hoy día nos ayuda a comprender qué está reforzando una conducta y qué no.
T. Ayllón y N. H. Azrin crearon la economía de fichas, instrumento que nos ayuda a reforzar la conducta de nuestros hijos con un sistema de puntos que han de conseguir.
Podría seguir citando a innumerables profesionales de diferentes corrientes y disciplinas que han sido las musas de innumerables lienzos, inspirando nuevos modelos.
Hoy quisiera hablar de una metodología que resultará un alivio para muchos padres.
En qué consiste?
 
Consiste en ayudar a nuestros hijos a progresar. A lo largo del día aparecen muchísimas situaciones con las que tenemos que lidiar, fuegos que tenemos que apagar sin perder la calma.
Educar no es solo sobrevivir a las situaciones difíciles con las que nos encontramos, si no darles herramientas para mejorar, que puedan utilizar el día de mañana.
Para ello tenemos que saber qué valores queremos transmitirles. Una vez lo tengamos claro, cada vez que nos dirijamos a ellos recordaremos esos valores.
Nuestros hijos no van a tener el cerebro completamente desarrollado aproximadamente hasta los 21 años. Considerar el desarrollo de cada niño y observar sus necesidades será crucial para ayudarles.
Conectar con sus necesidades y con sus emociones afianzará el apego con nuestros hijos y apagarán sus frustraciones.
Redirigir la conducta hacia lo que queremos transmitirles será el segundo paso tras calmar y conectar con ellos.
El razonamiento y los conceptos lógicos son inaccesibles cuando nos vemos sumergidos en el barullo emocional. En un cerebro adulto es complicado de manejar, y en un cerebro en proceso de desarrollo, no es viable. Las conexiones se tienen que establecer mediante el aprendizaje.
Enseñar a nuestros hijos a sintonizar con sus emociones y a verbalizarlas les ayudarán a desarrollar muchos de los valores que queremos transmitirles para relacionarse correctamente.
No podemos exigir en nuestros hijos aquello que como modelos a seguir, no cumplimos.
Si no quiero que mi hijo chille, no puedo corregir con un chillido. Eso le indica a nuestros hijos que en situaciones en las que estén frustrados podrán recurrir a ello.
Algunos pasos a seguir:
 
Si nuestro hijo está en una rabieta no sirve de nada explicarle las consecuencias, será como hablarles en chino.
1. Ponte a su altura para facilitar el contacto visual. 
2. Mantén la calma , el adulto eres tú.
3. Comprende su estado emocional.
4. Un abrazo a tiempo siempre ayuda.
5. Deja que te explique lo sucedido (y dale su tiempo).
6. Ayúdale a buscar soluciones para mejorar y aprender.
Si tienes dudas estaré encantada de poder ayudarte.

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